01/02/2021 8:17:02
El interior del estado está desbordado de casos y personal se encuentra exhausto.

Foto Nota
Rodinei Silva acudió dos veces la semana pasada al hospital Santa Casa de Jaú, en el interior del estado brasileño de Sao Paulo. Primero llevó a su esposa con síntomas covid-19, entre ellos dificultad para respirar. Ella dio positivo y la regresaron a su casa con medicamentos.

«No había camas el martes», dijo Silva, de 65 años. La salud de su esposa se está deteriorando en casa. Luego regresó al hospital el jueves porque él presentaba síntomas.

Todos los días, pacientes como Silva acuden al hospital en el municipio de unos 152.000 habitantes en busca de tratamiento. En sus instalaciones también atienden a infectados de 11 ciudades cercanas, y el 18 de enero ya estaba totalmente lleno.

Brasil enfrenta una vertiginosa segunda ola que está a poniendo a prueba la capacidad de los hospitale. Las UCIs en diversos estados están completamente ocupadas.

«Este es quizá el momento más difícil de toda la pandemia», dijo Leonardo de Avila Lins, que dirige la UCI del Santa Casa de Jaú.

Sao Paulo ha registrado un promedio diario de unos 11.000 casos en las últimas dos semanas, que rebasan el nivel máximo de infecciones confirmadas alcanzado en el estado en 2020, según cifras oficiales. El promedio quincenal de 230 muertes diarias está a unas docenas de alcanzar su peor cifra del año pasado.

En el Santa Casa de Jaú, los pacientes que llegan son puestos en una unidad temporal, creada a mediados de enero cuando se agotaron las UCIs, o se les envía a otras clínicas. Principalmente sólo se aceptan nuevos pacientes cuando otros fallecen o salen del hospital. Desde el jueves, 20 enfermos aguardaban en la unidad provisional de covid a que se desocupara una cama. En menos de cuatro horas, periodistas de AP vieron llegar a cinco personas con síntomas del virus.

«Este no es un caso aislado», dijo Brigida Kemp, integrante del Observatorio BR covid-19, que incluye a docenas de expertos.

Las UCIs del estado de Sao Paulo tienen una tasa de ocupación de 70%, según estadísticas estatales. Pero aunque la velocidad de propagación desde noviembre es comparable a la de la primera ola, ahora el virus está contagiándose con mayor rapidez en el interior que en la capital.

En el Santa Casa de Jaú el personal busca con desesperación lugares para que reciban nuevos pacientes. «Todos estamos cansados porque hemos estado lidiando con este virus un año», dijo Scila Carretero, directora administrativa del hospital. «Ahora que está regresando, con toda esta intensidad, con este volumen de pacientes, estamos exhaustos».

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