Bachelet presidirá este lunes la 48ª sesión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU con miras en Afganistán
En esta 48ª sesión del Consejo de Derechos Humanos, que durará hasta el 9 de octubre,también se esperan jornadas de diálogo sobre otras crisis globales como las de Birmania (Myanmar), Bielorrusia, Venezuela, Siria y Sudan del Sur, entre otras.
La ONU buscará mañana en Ginebra un mayor consenso global para responder a la crisis afgana, primero en la sesión del Consejo de Derechos Humanos, que inaugura su 48ª sesión, y más tarde en una conferencia humanitaria donde espera que su llamamiento de ayuda sea respondido por las principales economías.
El drama de Afganistán, que desde hace un mes vuelve a estar en manos de los talibanes, será uno de los principales temas que la alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, abordará en la inauguración del consejo, junto a otros temas candentes como Venezuela, Nicaragua o el Tigray (Etiopía).
Se espera que Bachelet envíe un mensaje de advertencia al régimen talibán, aún no reconocido internacionalmente, en un momento de creciente represión del nuevo poder afgano a las protestas en su contra y temores a que las violaciones a los derechos humanos se conviertan en la norma de su gobierno, como lo fueron hace 20 años.
Hay serias dudas, sin embargo, respecto a que el Consejo de Derechos Humanos, formado por 47 Estados, logre resultados concretos frente a Afganistán, después de que el pasado 24 de agosto, en una reunión especial de este organismo para debatir la crisis afgana, se aprobara una resolución bastante edulcorada.
CON PAKISTÁN, DECISIONES POCO FIRMES
Desoyendo la petición de activistas afganos y de otros países, que pedían al consejo una comisión internacional que vigilara al régimen talibán, éste adoptó una resolución preparada por Pakistán, percibida como principal aliado externo de los talibanes, en la que sólo se instaba a Bachelet a hacer un «seguimiento» de la situación.
«Fue decepcionante», resumió el director ejecutivo de Human Rights Watch, Kenneth Roth, en una rueda de prensa para analizar el papel del Consejo de Derechos Humanos, donde señaló que crear una comisión investigadora internacional «podría ayudar a evitar futuras atrocidades y a juzgar las pasadas».
Pakistán, con claros conflictos de intereses en el conflicto afgano, «ha demostrado ser incapaz de asumir liderazgo en esta cuestión, por lo que hace falta que los países europeos den un paso adelante», subrayó Roth, aunque reconoció que por ahora esos gobiernos están más preocupados en evacuar a sus ciudadanos.
La 48ª sesión del Consejo de Derechos Humanos, que durará hasta el 9 de octubre, incluirá jornadas de diálogo sobre otras crisis globales como la ya mencionada de Venezuela pero también las de Birmania (Myanmar), Bielorrusia, Siria o Sudan del Sur.
El problema del cambio climático, muy candente desde que el pasado agosto el último informe de expertos de Naciones Unidas advirtiera que ya hay daños irreversibles en el planeta causados por el calentamiento global, también será tratado por el consejo.
En él se estudiará la creación de un relator especial sobre derechos humanos en relación con el cambio climático, y también una resolución declarando el derecho de los pueblos a un medio ambiente «seguro, limpio, sano y sostenible».
LA AYUDA HUMANITARIA SIGUE, CON O SIN TALIBANES
Paralelamente, mañana se celebra en Ginebra una conferencia internacional sobre Afganistán, convocada por el secretario general de la ONU António Guterres, con el fin de expresar apoyo al pueblo afgano a la actual crisis y recabar fondos con el fin de atender sus necesidades humanitarias.
«Niños, mujeres y hombres afganos sufren décadas de conflicto y privaciones, aunque los recientes acontecimientos han aumentado su vulnerabilidad», subraya la convocatoria de la ONU, que sigue trabajando en Afganistán pese al vuelco en el poder.
En un momento en el que aumenta el temor a que se vulneren los derechos de mujeres y niñas, en un país que además sufre una grave sequía que podría arruinar las cosechas, la ONU busca recaudar con esta conferencia al menos 606 millones de dólares para ayudar a 11 millones de personas, casi un tercio de la población afgana.
La conferencia, en formato híbrido (algunas personalidades viajan a Ginebra y otras intervendrán por videoconferencia) será inaugurada por el propio Guterres.
En ella participarán varios ministros de Asuntos Exteriores, aunque la lista de autoridades aún no ha sido cerrada, así como el responsable de Asuntos Humanitarios de la ONU (Martin Griffiths), y de organismos como la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) o el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), entre otros.
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