Una Beirut devastada por la explosión teme por la comida, los servicios sanitarios y el coronavirus
Gobiernos y organismos ya envían ayuda para buscar desaparecidos y reconstruir un daño estimado en US$5 mil millones.
Mientras avanza la investigación por lo que causó la gran explosión del martes, Beirut intentaba ayer recomponerse de la devastación pero con la inquietud por lo que sucederá con su economía, la comida y el temor de que recrudezca la pandemia por el coronavirus, que ya tenía sumido al Líbano en una aguda crisis social.
Hasta ahora se ha identificado que la explosión de un depósito de 2.750 toneladas de productos explosivos como nitrato de amonio dejaba al menos 135 muertos y más de 5 mil heridos, pero las redes sociales estaban llenas de fotografías de personas cuyas familias reportaban como desaparecidas.
Los medios explicaban que eso podía deberse a que aún existirían personas atrapadas entre los escombros y a que muchos residentes se trasladaron a casas de amigos o parientes, luego de que sus departamentos quedaron dañados y optaron por curarse ellos mismos sus heridas. En el gobierno creen que hay al menos un centenar de extraviados.
Para colaborar en esas labores, los gobiernos alemán y ruso dispusieron del envío de expertos en búsqueda y rescate.
La capacidad local quedó muy afectada por el estallido, que causó destrozos en un radio de 10 kilómetros en torno al puerto, lo que equivale a cerca de la mitad de la extensión geográfica de esta densamente poblada ciudad de Oriente Próximo. Según la gobernación local, cerca de 250 mil personas quedaron sin hogar.
Uno de los sitios inhabilitados fue una de las principales clínicas privadas de la ciudad, el Hospital Universitario Saint George, donde además uno de sus profesionales indicó a la agencia AP que la explosión había matado a 16 de sus trabajadores y pacientes. Para paliar estas emergencias, la Organización Mundial de la Salud comprometió el envío de suministros médicos.
Las condiciones sanitarias de la capital libanesa empeoraron por la rotura de los suministros de agua potable. La situación no da para respetar medidas como la distancia social y la higiene estricta, por lo que los especialistas temen un alza en los casos de Covid-19. Según la Universidad Johns Hopkins, el país de 5 millones de habitantes tiene poco más de 5 mil casos confirmados, de los que unos 4 mil están activos, es decir, son contagiantes.
La situación económica generada por la pandemia ya era grave y había motivado manifestaciones sociales en las últimas semanas. La destrucción de infraestructura y del principal puerto complicarán aún más la reactivación y la internación de bienes de primera necesidad.
Para peor, en el terminal estaban los silos con cerca del 85% de los granos de reserva del país, que con la destrucción quedaron quemados o contaminados.
El ministro de Economía, Raoul Nehme, afirmó que hay suficiente para cubrir las necesidades inmediatas, aunque medios locales dicen que alcanza para un mes y medio. La intención del gobierno es importar principalmente a través del segundo puerto libanés, Tripoli, que si bien no tiene silos, sí los hay a pocos kilómetros de distancia.
Estimaciones de la gobernación de Beirut apuntan que los daños serían entre 3 mil y 5 mil millones de dólares.Varios países han prometido colaborar con el Líbano para que afronte las consecuencias de la explosión, e incluso Israel ofreció ayuda humanitaria. El presidente de Francia, Emmanuel Macron, anunció que visitará el país mañana para ofrecer su apoyo a las autoridades locales.
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